miércoles, 31 de marzo de 2010

miércoles, 17 de marzo de 2010

MÁS QUIJOTE

En el enlace que os dejo a continuación podréis encontrar un material muy interesante para estudiar El Quijote, de cara a las PAU. Además, es muy fácil de consultar y muy ameno.

http://www.edu365.cat/batxillerat/lectures/castellana/cervantes/index.htm

domingo, 14 de marzo de 2010

La muerte de un maestro

Este viernes nos ha dejado Miguel Delibes. Y escribo "nos ha dejado" porque, efectivamente, algunos de nosotros nos sentimos poco menos que abandonados, quizá sobre todo porque el maestro forma parte de nuestros recuerdos más lejanos, los que tienen que ver con la escuela y con las primeras lecturas.
Cuando yo iba al colegio (y es un decir, porque aún sigo yendo...), teníamos una asignatura sólo y exclusivamente de lectura. Auténtico castigo para la mayoría de niños, para mí, pequeñaja gafuda y tímida sentada casi siempre en la última fila, era un deleite. Claro que yo, en clase, más que leer, releía, porque aquellos breves fragmentos de clásicos y no tan clásicos eran el alimento de mis horas muertas de niña sin hermanos.

Y entonces, creo que en el de sexto o séptimo, apareció Delibes. Se trataba de un texto sobre un niño que podía predecir la lluvia, y un texto sobre la angustia de un pueblo pendiente de los avatares de la tierra y sus cosechas. Las mismas angustias, me contaba mi madre, que se habían padecido en su aldea, antes de que los años de la emigración las despoblaran casi definitivamente.

Enseñar Delibes. El maestro tiene la bondad de no oponer dificultad. Delibes llega por sí mismo, gracias a su sencillez y su hondura. Lucha, últimamente, contra el éxito que le llevó a ser lectura (obligada) en las escuelas. Todo lo obligatorio tiene mala prensa, y con esa afirmación tan categórica como superficial Delibes pasa, a veces, sin pena ni gloria. "Es que es difícil", me dicen en ocasiones; lo dicen, claro, los que no lo han leído.

Le respondió el silencio. Desde hacía dos semanas no se oía en el pueblo sino el siniestro crotorar de la cigüeña en lo alto de la torre, y el melancólico balido de los corderos nuevos tras las bardas de los corrales. Los hombres y las mujeres caminaban por las sórdidas callejas arrastrando los pies en el polvo, la mirada ensombrecida, como esperando una desgracia. Conocían demasiado bien a las parásitas para no desesperar. El año del hambre el «ojo de gallo» arrasó los sembrados y dos más tarde el «cyclonium» no respetó una espiga. Los hombres del pueblo decían «cyclonium», entrecruzando los dedos mecánicamente, como veían hacer a don Ciro cada vez que soltaba cuatro latines desde el púlpito de la iglesia. A los más religiosos se les antojaba una blasfemia que se llamara «cyclonium» una parásita tan cruel y devastadora. No obstante, fuese su nombre propio o impropio, el «cyclonium» se ensañaba con ellos, o, al menos, amagaba todos los años por el mes de abril. El tío Rufo decía: «Si no fuera por abril no habría año vil». Y en el fondo de sus almas los hombres del pueblo alimentaban un odio concentrado hacia este mes versátil y caprichoso.
Por San Fidel de Sigmaringa, en vista de que la sequía se prolongaba, doña Resu propuso sacar el santo para impetrar la lluvia de lo Alto, siquiera don Ciro, el párroco de Torrecillórigo, consu excesiva juventud y su humildad, y su indecisa timidez, no les pareciera eficaz a los hombres del pueblo para un menester tan trascendente. De don Ciro contaban que el día que el Yayo, el herrador de Torrecillórigo, mató a palos a su madre y tras enterrarla bajo un montón de estiércol, se presentó a él para descargar sus culpas, don Ciro le absolvió y le dijo suavemente: «Reza tres Avemarías, hijo, con mucho fervor, y no lo vuelvas a hacer». […]
No obstante, el pueblo acudió en masa a las rogativas. Antes de abrir el alba, tan pronto el gallo blanco del Antoliano lanzaba desde las bardas del corral su ronco quiquiriquí, se formaban torpemente dos filas oscuras que caminaban cansinamente siguiendo las líneas indecisas de los relejes. Paso a paso, los hombres y las mujeres iban rezando el rosario de la Aurora y a cada misterio hacían un alto y entonces llegaba a ellos el dulce campanilleo de las ovejas del Rabino Grande desde las faldas de los tesos. Y como si esto fuera la señal, el pueblo entonaba entonces desafinada, doloridamente, el «Perdón, oh Dios mío». Así hasta alcanzar la Cruz de Piedra del alcor ante la cual se prosternaba humildemente don Ciro y decía: «Aplaca, Señor, tu ira con los dones que te ofrecemos y envíanos el auxilio necesario de una lluvia abundante». Y así un día y otro día.
Por San Celestino y San Anastasio concluyeron las rogativas. El cielo seguía abierto, de un azul cada día un poco más intenso que el anterior. No obstante, al caer el sol, el Nini observó que el humo de la cueva al salir del tubo se echaba para la hondonada y reptaba por la vertiente del teso como una culebra. Sin pensarlo más dio media vuelta y se lanzó corriendo cárcava abajo, los brazos abiertos, como si planeara. En el puentecillo de junto al arroyo divisó al Pruden encorvado sobre la tierra:
–¡Pruden! –voceó agitadamente, y señalaba con un dedo la chimenea, a medio cueto–: El humo al suelo, agua en el cielo; mañana lloverá.
Y el Pruden levantó su rostro sudoroso y le miró como a un aparecido, primero como con desconcierto pero, de inmediato, hincó la azuela en la tierra y sin replicar palabra se lanzó como un loco por las callejas del pueblo, agitando los brazos en alto y gritando como un poseído:
–¡Va a llover! ¡El Nini lo dijo! ¡Va a llover!
Y los hombres interrumpían sus tareas y sonreían íntimamente y las mujeres se asomaban a los ventanucos y murmuraban: «Que su boca sea un ángel», y los niños y los perros, contagiados, corrían alborozadamente tras el Pruden y aquellos gritaban a voz en cuello: «¡Va a llover! ¡Mañana lloverá! ¡El Nini lo dijo!».
En la taberna corrió el vino aquella noche. Los hombres exultaban y hasta Mamés, el Mudo, se obstinaba en comunicar su euforia haciendo constantes aspavientos con sus dedos sobre la boca.

Miguel Delibes, Las ratas


sábado, 6 de marzo de 2010

Un blog sobre Rosalía

Aquí os dejo la dirección del blog que os mostré el otro día en clase. Como os dije, creo que contiene un material muy útil para estudiar a Rosalía:



http://blocs.xtec.cat/rosalia/